martes, 5 de agosto de 2014

Efesios 4:26 nos habla de la actitud que debiéramos tener hacia la amargura. Tenemos que recordar que el enojarse no siempre es pecado. Jesús es buen ejemplo de esto cuando volcó las mesas de los cambistas. Pero Jesús jamás se enojo por lo que le hicieron personalmente. “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”; esto quiere decir que usted no debe complacer el enojo. Que no vaya a la cama enojado y se despierta enojado. Tiene que recordar esto, cuando usted deja que la amargura eche raíces en su vida, usted le está dando lugar al diablo v. 27.  Después que Moisés echó el árbol sobre las aguas amargas, salieron y llegaron hasta un sitio llamado “Elim.”. Se dice que aquel era un lugar de abundantes aguas dulces, pero además rodeado de hermosas palmeras donde el pueblo reposó de su viaje (Ex. 15:27). El Señor te saca de Mara para que llegues a la tierra de Elim. Sana  las “aguas” de tu amargura. Recuerda que Jesucristo es el “agua viva”. ¡Mata la raíz de tu amargura! No dejes que ella siga creciendo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario